El bipartito municipal que gobierna Córdoba, sostenido desde fuera por los podemitas, se metió en un lío monumental cuando -una iniciativa de Izquierda Unida a la que los socialistas no fueron capaces de oponerse- planteó el cierre de la cementera Cosmos al señalar que el daño al medio ambiente en la zona de la ciudad donde se encuentra emplazada no era admisible. Estos planteamientos en una Córdoba donde las industrias brillan por su ausencia, trajeron los primeros problemas con el colectivo de trabajadores afectados. El posible traslado de la cementera presentaba muchos más problemas de los que, en un primer momento, pensaron los autores de la iniciativa. Luego todo han sido choques y problemas por lo que Izquierda Unida encontró como solución al problema en el que se había metido pasarle la pelota a la Junta de Andalucía, que es desde donde llega el último envite, al menos por el momento, de este monumental lío fruto de lo que no es, visto todo lo acaecido, sino una ocurrencia  de quienes carecían de un plan de gobierno para la ciudad que quedaba en sus manos.

La Gerencia de Urbanismo, que queda dentro de los dominios gubernativos del edil García, ha recibido un informe de la Consejería de Medio Ambiente en el que se le dice al consistorio que la cementera tiene un permiso que cumple todos los requisitos medioambientales que eran exigibles cuando se le concedió y que, antes de hacerlo se le consultó a la Gerencia de Urbanismo que pudo haberse negado. No está de más recordar que esa consulta a la Gerencia se hizo en 2007 y quien entonces gobernada la ciudad era Izquierda Unida y la alcaldesa se llamaba  Rosa Aguilar Rivero. Así mismo, señala el informe que no existe relación directa entre la categoría ambiental de una empresa y su ubicación en determinados suelos industriales, según establece el propio Plan General de Ordenación Urbana de Córdoba. Pero la cosa se complica, y mucho, con ese informe. En él se ponen una serie de ejemplos de empresas cordobesas que se dedican a actividades que generan una alta incidencia ambiental y se encuentran enclavadas en polígonos industriales, como el de la cementera Cosmos, ubicados en los aledaños de la ciudad. Hay ejemplos de una industria agroalimentaria, un gestor de residuos peligrosos o una importante fundición. El lío, como consecuencia de una ocurrencia de Izquierda Unida, sostenida por el PSOE y que contó con las bendiciones  de Ganemos, está servido por mucho que desde Capitulares se diga que la Junta se contradice.

Ese informe ha venido a poner de manifiesto, una vez más, que no se puede gestionar un Ayuntamiento sin un programa de gobierno y que andar dando saltos de mata, como los que se están viviendo desde hace tres años por mor de una coalición de perdedores, puede resultar letal para una ciudad que tiene, porque le va en ello parte importante de su supervivencia, que cuidar con mimo, lo que en modo alguno significa admitir ciertas arbitrariedades cometidas por quienes que no van más allá de ser simples mercaderes alejados de los verdaderos empresarios, las empresas que dan algo de vida en el yermo industrial de la Córdoba de nuestros días. Eso significa mesura a la hora de plantear cuestiones cuya trascendencia va mucho más allá de lo que se cree cuando no se  mide adecuadamente y se piensa más en los llamados brindis al sol.

(Publicada en ABC Córdoba el 18 de abril de 2018 en esta dirección)

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