Lapsus es una palabra que pasó al español en su forma latina y que suele utilizarse para referirse a una equivocación pequeña que se comete por descuido. Se trata de una confusión momentánea. Es un despiste. El lapsus, en definitiva, es un error menor. Una confusión que se produce, a veces, como consecuencia de utilizar una palabra por otra o incluso por el hecho de trastocar las sílabas de una palabra alterando su orden. En este caso es lo que se denomina como lapsus liguae, error de lengua. Fui testigo de un lapsus liguae acaecido en un pleno municipal, cuando un concejal al utilizar la expresión “ver las orejas al lobo” en el sentido de visualizar un peligro en ciernes, tuvo un lapsus y dijo que se le iban a “ver las orejas al bolo”. El asunto no hubiera tenido más transcendencia de no darse la circunstancia de que uno de los concejales de la oposición era conocido popularmente como el Bolo. Todo se saldó con unas disculpas, que fueron aceptadas, después de un prolongado ataque de risa colectivo de toda la corporación, incluidos el secretario y el interventor. Puede darse también otro tipo de lapsus que es conocido como lapsus calami, que es el error que se comete al escribir y al que en nuestro tiempo colabora en no pocas ocasiones el llamado corrector que actúa en los mensajes de texto que se envían utilizando el teléfono móvil. Hay un tercer tipo de lapsus. En este caso no se trata de livianos errores, sino que son olvidos transitorios de un nombre o una referencia que no se logra recordar. Son los llamados lapsus mentis.

Viene todo esto de los lapsus a colación de que así ha sido calificada por algunos, en nuestra opinión de forma harto equivocada, la más que notable “metedura de pata” de un diputado del parlamento de Andalucía perteneciente al grupo socialista, en su afán por criticar la gestión de gobierno andaluz —en este caso sobre el funcionamiento de Canal Sur— que forman Populares y Ciudadanos. Dicho diputado, lo es por la circunscripción de Málaga, afirmó textualmente que “por primera vez, en los treinta y un años de historia de Canal Sur, sus cámaras no han cubierto los grandes acontecimientos como la romería de la Virgen de la Cabeza… las unidades móviles han estado aparcadas mientras se contrataba a una productora externa”. La respuesta que recibió del consejero del ramo fue que difícilmente las cámaras de Canal Sur podían retransmitir la mencionada romería porque —son cosas del coronavirus— no se había celebrado la romería de la Virgen de la Cabeza ni ninguna otra desde que se decretó el estado de alarma y por lo que ha dicho el gobierno tampoco durante este verano —al menos durante los meses de julio y agosto— van a celebrarse ni romerías ni ferias ni ninguna clase de verbenas populares tan típicas de este tiempo en los pueblos y ciudades de Andalucía.

Lo del diputado socialista está muy lejos de ser un despiste puntual que diera lugar a un lapsus linguae. Tampoco se trataba de una pérdida de memoria momentánea que nos permitiera hablar de lapsus mentis. Se trata de un grave error, de una falta de fundamento en la crítica, lo que sirvió en bandeja la respuesta del consejero que le daba la réplica.

(Publicada en ABC Córdoba el 13 de junio de 2020 en esta dirección)

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