Las elecciones generales han despejado poco el panorama político en España. El partido ganador de las elecciones, el PSOE, cuenta con ciento veintitrés escaños en el Congreso de los Diputados, lo que significa que queda muy lejos de una mayoría parlamentaria suficiente para poder gobernar. Tendrá que buscar alianzas porque hacerlo con tal minoría, aplicando lo que en otro tiempo se llamó “geometría variable” no va a resultar fácil. Si lo han dejado caer es porque no quieren comprometerse, con otra cita electoral en puertas y que, muchos las consideran una especie de segunda vuelta de las del 28 de abril. Ese mismo panorama de incertidumbre es el que se presenta ante dos de los comicios de las triples elecciones -municipales, autonómicas y europeas- del domingo 26 en buena parte de España. Lo que señala la mayor parte de los sondeos, entre otros el de GAD-3 publicado por ABC, es que hay una especie de empate técnico entre la derecha y la izquierda. Pero lo más importante es que hay una importante fragmentación del voto en un lado y otro. Añádase a ello, en el caso de las elecciones municipales, que el factor personal se sitúa muchas veces muy por encima del ideológico -que se lo pregunten si no a Julio Anguita en su época de “Califa Rojo”, en Córdoba-, lo que complica aún más el, ya de por si complejo, panorama electoral.

En las elecciones municipales que se celebrarán en Córdoba se dan ambas circunstancias: fragmentación del voto y preferencias personales. No es una novedad. Desde hace tiempo existe cierto equilibrio entre lo que fue el PP -ahora cuenta con varias opciones- y la izquierda, entonces representada por IU-CA y PSOE, hoy más fragmentada, aunque algo menos de lo que apuntaba hace pocas fechas, como consecuencia de la intervención de la Junta Electoral, al anular a Ganemos en Común, pese a tener representación de cuatro concejales en el Ayuntamiento.

Todo apunta, -siempre puede saltar la sorpresa- a que las fuerzas, además de fragmentadas, pueden estar muy equilibradas. Las formaciones de izquierda -PSOE, Izquierda Unida y Podemos- y las de derecha-PP, Ciudadanos y VOX- van a librar una dura batalla, sin que se pueda precisar  un claro ganador. Puede afirmarse que José María Bellido e Isabel Ambrosio sostienen un fuerte pulso por ser los vencedores y que su lista sea la más votada; no se pierda de vista que eso es importante a la hora de anudar alianzas postelectorales, pese a los llamados pactos a la griega. Habrá que ver la fuerza que conserva Izquierda Unida con Pedro García a la cabeza. Cómo responden los electores a la candidatura de Ciudadanos, una formación que, desde las pasadas elecciones municipales, en que obtuvo dos concejales, siempre ha ido al alza. Qué pasa con Ganemos, tras la confusión que ha generado la presentación de dos candidaturas y la anulación de una de ellas. Y si VOX entra en el Ayuntamiento y con qué fuerza lo hace.

Parece que hay menos indecisos que en las elecciones de abril, pero en lo que se refiere a la configuración del próximo ayuntamiento cordobés nada está claro. Habrá, primero, que esperar al día 26 que las urnas dicten sentencia. Después habrá que ver como se anudan las alianzas para formar un gobierno mínimamente estable para la ciudad, los próximos cuatro años.

(Publicada en ABC Córdoba el 15 de marzo de 2019 en esta dirección)

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