En la Oferta Pública de Empleo de 2015 aparecían algo más de medio centenar (54) de plazas de bombero-conductor en el Consorcio Provincial de Bomberos. La oferta estaba hecha por la Diputación Provincial de Córdoba organismo del que depende, junto a una serie de ayuntamientos, dicho Consorcio, que agrupa los parques de bomberos de la provincia de Córdoba. Cerca de millar y medio (1.486) de personas concurrieron a unas oposiciones celebradas casi dos años más tarde, en febrero de 2017.

No hace falta señalar, con tal cifra de opositores, que eran muchas personas quienes tenían puestas ahí sus expectativas laborales. Ignoraban que, según apuntan las diligencias previas del auto de Juzgado de Instrucción número 4 de Córdoba, estaban siendo objeto de una monumental estafa porque las oposiciones se habían organizado a medida de los bomberos-conductores interinos que ya trabajaban en el Consorcio. Hace unos meses, en el pasado enero, se hicieron públicos los resultados -la Oferta de Empleo público era de 2015- cuarenta de las cincuenta y cuatro plazas fueron a parar a manos de los susodichos interinos. ABC informaba que, según se recoge en el auto del juez, los temarios fueron elaborados a medida de quienes eran «destinatarios» de las plazas, se filtraron las preguntas y las respuestas, se presionó para que se incluyera y aprobara a ciertos aspirantes, se rompieron las normas de anonimato que han de presidir los ejercicios de una oposición, se llegaron a celebrar reuniones donde a los «elegidos» se le daban instrucciones acerca de cómo afrontar los ejercicios, cuyas preguntas se habían filtrado. Hubo también irregularidades en las pruebas físicas e incluso se establecieron, según consta en el auto judicial, una grotesca contraseña para identificar a los opositores previamente seleccionados. Parece que hubieran leído la excelente novela «Las Lágrimas de César», de Jesús Maeso en que los agentes de un tal Marco Druso Apollonio utilizaban contraseñas como: «mesarse los cabellos, juntar y superponer las manos en el vientre, la palma abierta en el cuello, un pañuelo anudado en la muñeca, pedir un raro vino de Albania en las tabernas, usar gorros frigios de libertos…». En esta «oposición» lo acordado era tocarse el lóbulo de la oreja.

Esto suena a caricatura burlesca, a un bufo y estrafalario paripé, a una chapuza en toda regla en la que se estaba jugando con las ilusiones y las expectativas laborales -esto es lo que nos parece más grave y lamentable del asunto- de cerca de mil quinientas personas que acudían a aquellas pruebas en la creencia de que tenían una oportunidad de trabajo. Todo apunta a que se trata de una verdadera trama en la que hay numerosos implicados que se valieron de tretas, presuntamente orquestadas, por quienes bajo la capa de una oferta de empleo en una administración pública, estaban montando una gran estafa y que estaban haciendo de su capa un sayo.

Están en la picota, entre otros, la número dos del PSOE en Córdoba, Dolores Amo, en su condición de vicepresidenta del Consorcio de Bomberos y quien ocupaba el cargo de alcalde de Priego el 31 de julio de 2017. En este caso el instructor quiere asegurarse de la persona que ostentaba dicho cargo. Se trata del senador del PSOE José Manuel Mármol, que había llegado a la Alcaldía mediante una controvertida moción de censura pocas semanas antes

Estos días nos movemos entre un master presuntamente espurio con implicación de una universidad pública y una oposición, presuntamente amañada, en una administración pública.

 

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