Hace más de cuatro décadas, en 1971John Lennon compuso una canción con el título de ‘Imagine’. En ella que se refería a un mundo mejor donde no hubiera muchas de las maldades que a lo largo del tiempo han acompañado a la humanidad. Ese ejercicio de imaginación podríamos trasladarlo a algunas de las cosas que están sucediendo en nuestro país en los últimos tiempos. Imaginar que estaría ocurriendo, si el gobierno no fuera una coalición de socialistas comunistas; pongamos por caso que gobernara el Partido Popular —es un ejemplo real porque desde la transición nuestros gobiernos han sido socialistas populares, salvo el que preside Sánchez que incluye en su gabinete a los podemitas—, con el precio de la luz disparado desde hace muchos meses, aunque ahora Sánchez y sus terminales mediáticas pretendan hacernos creer que esto es consecuencia de la guerra que el dictador del Kremlin ha desatado en Ucrania.

¿Se imaginan que estaría ocurriendo cuando el precio de la luz hubiera alcanzado los niveles que tiene? ¿Hasta donde habría llegado la pobreza energética?

El precio del gas y de la gasolina tiene hoy precios insólitos. Llenar el depósito de un automóvil es casi un tercio más caro de lo que lo era hace un año. ¿Se imaginan lo que estaría ocurriendo, más allá de que los profesionales de ciertos sectores protesten por las dificultades que ello supone para el ejercicio de su actividad? ¿Se imaginan si los agricultores o los transportistas, afectados por esas subidas de precios y otros problemas se manifestaran estando en el gobierno el Partido Popular? Los camioneros no serían tildados de agentes de la extrema derecha, serían trabajadores que, en el ejercicio de su legítimo derecho a la huelga, defienden su trabajo y el pan de sus familias.

¿Se imaginan que estarían diciendo sindicatos como UGT o CC.OO. si el gobierno pactara con la gran patronal del transporte, como lo ha hecho, ignorando a los trabajadores autónomos y las pequeñas empresas del sector? ¿Se imaginan si un presidente del gobierno del Partido Popular hubiera tomado, sin consultarlo con nadie, una decisión como ha sido el cambio de rumbo que Sánchez ha imprimido al asunto de Sáhara, apartándose de la línea defendida por los gobiernos de España de defender la autonomía del Sáhara? ¿Se imaginan a un gobierno del Partido Popular teniendo que hacer frente a una inflación desbocada, que roza ya el diez por ciento? ¿Se imaginan a esos mismos sindicatos pidiendo revisiones salariales de dos dígitos y que se cumpla la actualización de las pensiones según las directrices aprobadas por el gobierno?

Las calles estarían incendiadas y, desde luego, no sería cosa de la extrema derecha. La pobreza energética estaría en boca de todos. Las dificultades para llegar a fin de mes serían generales. Se acusaría al gobierno de dejar atrás a los más vulnerables, cosa que está ocurriendo, pese al discurso gubernamental y gran parte de ellos sólo se ven atendidos por Cáritas o las organizaciones ligadas a los bancos de alimentos. Le derecha sería culpable de todos esos males. En estas circunstancias, la culpa, Sánchez lo ha dicho, es de Putin y de la guerra que se ha desencadenado en Ucrania. ¿Se imaginan si eso lo dijera un presidente el Partido Popular?

(Publicada en ABC Córdoba el viernes 1 de abril de 2022 en esta dirección)

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